sábado, 21 de agosto de 2010

Miedos 1º Parte

Caminando en una noche de verano, agradeciendo la brisa fresca después de un caluroso y duro día de trabajo.

Caminando sin mirar atrás, por el arcén de una pequeña carretera mal pavimentada y sin acera.

Teniendo siempre presente sus miedos, miedos que le impiden ser feliz, caminar con tranquilidad ni si quiera es capaz de alzar la mirada y ver el mundo que le rodea.

Su corazón late deprisa a punto de salirse del pecho cada vez que olle el murmullo lejano de gente, se esconde entre los oscuros matorrales si algún coche pasa por la carretera, y solo se siente capaz de salir al ver como las luces se alejan.

El día, el día con su reluciente sol le asusta, pues es mas fácil que se le vea. No recuerda la útima vez que salio sin ningún motivo a pasear, tampoco era algo que ya le agradase hacer ,se acostumbro a vivir rodeada de cuatro paredes que la protegían constantemente y el simple pensar de salir a la calle le hacia estremecer cada músculo del cuerpo.

Podía considerarse de cobarde el esconderse en casa cada día, cada semana, cada mes.. pero a ella eso no le importaba. Poco a poco fue perdiendo a la gente que la rodeaba, ella misma se fue aislando asta el punto de verse completamente sola.

Amaba el silencio pues le recordaba que estaba sola y por lo tanto sin nadie a su alrededor ¿Quien podría hacerle daño?.

Salia para ir a trabajar y porque era una obligacion si quería alimentarse, sobrevivir. Se debatía una lucha interna cada vez que giraba el pomo de la puerta de su casa para salir hacia el trabajo, sudores recorrían su frente y un devil temblor sus piernas. Cerraba los ojos dejando salir de lo mas profundo de su alma un largo suspiro, y sin llegar a abrir los ojos estiraba una pierna cruzando así el temido arco de la puerta.

Eso parecía lo mas difícil el salir, una vez conseguido, solo tenia que darse prisa quizás asta correr.

Después una jornada de trabajo, que a ella se le hacia interminable pues su trabajo era de cara al publico y debía sonreír, aunque en lo único que sus sentidos podían estar pendientes, era en la entrada al local.

*¿Y si entrara por esa puerta en este momento?* La mente de aquella chica le jugaba malas pasadas, pues el rostro de cada persona que entraba por aquella puerta solo le reflejaba a sus ojos el rostro que tanto miedo le producía.

Aprovechaba cada momento libre para ir al baño, a desahogarse llorando asta que sus ojos enrojecían, se miraba en el espejo preguntándose que mal tubo que hacer para merecer esto, enjuagarse la cara, y esbozar una falsa sonrisa que desde lejos reflejaba tristeza mas que alegría.

No podía soportar cuando la gente le hablaba directamente, pues sus músculos se encogían y agachaba la cabeza, solo se relajaban cuando podía ver la espalda de las personas indicándole así que ya se alejaban de ella.

Ese mismo día fue terrible para ella,cada día resultaba ser agobiante y terrible pero aquel día sus peores pesadillas cogieron forma ante sus ojos. noto como sus pulmones dejaban de acojer aire, y poco a poco se axfisiaba. *No puede ser* la bandeja que sostenía resbalo entre sus manos sudorosas cayendo al suelo. El local se inundo del ruido de cristales rotos, miles de ojos curiosos se giraron para ver a una chica paralizada de pie ,aun con los brazos en posición como si sostuviera una bandeja invisible mirando al frente con la vista perdida.

Eso le hacia ponerse mas nerviosa demasiada atención, no la quería quería desaparecer esconderse correr de aquel lugar pero sus piernas no reaccionaban.

Sus ojos miedosos se posaban sobre una figura escondida entre la multitud, la única figura que no se sorprendía de la reacción de aquella chica, y la observaba con una mirada penetrante, y con los labios torcidos dando a relucir una malvada sonrisa, que desprendía malicia y satisfacción.

La gente corrió hacia la posición de aquella chica, cuando su cuerpo no lo soporto mas y callo al suelo inconsciente.

No se podría decir a ciencia cierta cuanto tiempo estuvo sin consciencia, pero aquella chica al abrir los ojos dio un salto y corrió a esconderse en el baño cerrando tras de si la puerta con pestillo.

Esta vez no necesitaba desahogarse en un mar de lágrimas, ni mirarse al espejo lamentandose de si misma. Necesitaba salir de allí, pero para eso tendría que salir y volver a casa sola, y podrían atraparla por el camino.

Comenzo a caminar en círculos por el baño con la respiracion agitada mientras oía como su compañera aporreaba la puerta del baño y le pedía que abriese, ella simplemente hacia oídos sordos a aquellos golpes su cerebro procesaba la situación, necesitaba una solución, *Esta ahí fuera* de lo que tanto tiempo había estado huyendo

*Porque no se ha olvidado de mi*

Lo peor es que nadie llegaba a entender el porque de su miedo, y siempre le daban malas soluciones que solo conseguían agrandar su problema.

Psicólogos, médicos, pastillas .....*No estoy loca*.....

/¿Seguro que no? ¿Quien esta ahí fuera quien, o que te produce tanto miedo? No ahí nadie como siempre, solo eres tu, tu misma te creas tus miedos.. Psicólogos, médicos, pastillas, mira y veras que no ahí nada tu eres el problema …/

*¡¡QUE NO ESTOY LOCA!!*

Grito al silencio con los nervios a flor de piel, apartándose con ambas manos el cabello del rostro…

No tenia las pruebas suficientes como para demostrar que no era su cerebro quien inventaba aquellos acosos, no, la voz que oía era real, la sensación constante de que la vigilaban era tan real como la vida misma, el dolor y la angustia podían corroborarlo pero.. ¿Quién es tan empatico? Nadie.. nadie podría creerlao tal vez no querian...

/Exacto… Tienes miedo a creerlo, pero nadie quiere creerte, nadie quiere ayudarte, sabes perfectamente que son ellos quienes quieren herirte/

Estaba ahí lo oia podia notarlo..

/Sal fuera y deja que todo acabe ¿cuanto mas podras soportar?../

*¡¡Callate!!* Dijo con un hilo de voz, tapandose con ambas manos los oidos como si asi consigiera acallar los susurros que el mismo viento creaba.

Pensaba que mejor que ella se habia cuidado no lo habria echo nadie y... ¿de que habia servido? si detras de aquella indefensa puerta se encontraba su destino, el unico que creia tener, pues la persegia, y la persegira asta el fin de sus dias, que se acabarian cuando se lo topara de frente.

¿Y si ese era el día en que todo debía acabarse,? ¿Y si se rendía y se sometía a su castigo?, un castigo inmerecido, pero de el que ya no podía huir.

* * * * *



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